Empieza la cuenta atrás para el Open de Australia. A pocos días para su comienzo, los amantes del tenis esperan con
ganas el primer Grand Slam del año, que se celebrará entre el 12 y el 26 de enero, dos semanas en las que las mejores
raquetas del mundo lucharán por la victoria. En Uruguay, el auge del tenis ha crecido considerablemente en los últimos
años, en parte gracias a referentes como Pablo Cuevas. Este fenómeno ha impulsado el interés por las apuestas
deportivas en Uruguay, donde cada vez más aficionados se sumergen en el análisis y predicción de los encuentros. Pero
lo que pocos imaginan es que el fútbol también tiene una presencia destacada en el deporte de raqueta. Desde
futbolistas que admiran el tenis y lo practican en su tiempo libre hasta conexiones inesperadas entre ambos deportes:
la relación entre el césped y la cancha es más estrecha de lo que parece.
El vínculo entre el fútbol y el tenis no es nuevo. Muchos futbolistas han utilizado el tenis como parte de su preparación
física, debido a que les ayuda a mejorar la coordinación, la agilidad y la resistencia. Tan es así, que algunos de ellos han
convertido el tenis en algo más que parte de su entreno. Es el caso de Diego Forlán, exfutbolista uruguayo de renombre
internacional. El pasado noviembre, a sus 45 años, Forlán debutó en el Uruguay Open, un torneo del circuito Challenger
de la ATP, en la modalidad de dobles junto al argentino Federico Coria. Aunque su participación culminó con una
derrota ante los bolivianos Boris Arias y Federico Zeballos, Forlán expresó su satisfacción por la experiencia. «Lo
disfruté bastante, sabía que la probabilidad era muy alta de que iba a ser un partido difícil para nosotros, era lógico, así
que me preparé para por lo menos no pasarla tan mal y poder disfrutar y fue lo que hice. Así que agradecido a toda la
gente que vino, llenaban el estadio», afirmó el uruguayo en una conferencia de prensa posterior al evento.
Del mismo modo, también son varios los tenistas profesionales que han manifestado su amor por el fútbol. El ejemplo
más claro es el de Rafael Nadal, cuyo talento natural por el deporte casi lo lleva a optar por el fútbol en su juventud.
Criado en una familia futbolera, su tío Miguel Ángel Nadal fue jugador del FC Barcelona y de la selección española, por
lo que el balear creció entre pelotas de fútbol y torneos de tenis. Aunque terminó decantándose por este último,
siempre ha aprovechado la oportunidad para dejar clara su pasión por el balompié, manteniendo una estrecha relación
con jugadores como Cristiano Ronaldo o Gerard Piqué.
También tenemos el caso de Stefanos Tsitsipas, uno de los tenistas más destacados de la actualidad, ha compartido en
varias ocasiones su amor por el fútbol y su admiración por el AC Milan. Algo similar ocurre con Novak Djokovic, quien
en numerosas entrevistas ha contado cómo el fútbol fue una de sus grandes pasiones de niño y cómo sigue jugando con
amigos siempre que tiene oportunidad. Otros, como Alexander Zverev o Daniil Medvédev, hacen del fútbol una
herramienta para despejar la mente y relajarse en los días de descanso.
Pero la conexión entre ambos deportes no termina aquí, sino que incluso ha llegado a marcar la preparación física de
algunos de los mejores equipos del mundo. Pep Guardiola, obsesionado con la precisión y el control del juego, ha
expresado en varias ocasiones que el tenis le ha servido de inspiración para su estilo de juego, marcado por el
posicionamiento y la anticipación. No es casualidad que en varias sesiones de entrenamiento haya introducido
ejercicios con raquetas y pelotas de tenis para mejorar la coordinación de sus jugadores. Algo similar ocurre con el
alemán Jürgen Klopp, exentrenador del Liverpool, quien ha hablado en más de una ocasión sobre la importancia de la
reacción rápida y el juego de pies en el fútbol, cualidades esenciales en el tenis.
En particular, el Open de Australia se ha convertido en un evento que atrae a numerosas figuras del fútbol. A lo largo de
los años, jugadores como David Beckham, Thierry Henry y hasta Lionel Messi han sido vistos en las gradas disfrutando
de los partidos. La cercanía de la pretemporada en muchas ligas europeas hace que varios futbolistas aprovechen las
vacaciones para viajar a Melbourne y presenciar los duelos entre los mejores tenistas del mundo.