Me nace escribir sobre la hipocresía en el fútbol uruguayo, los futbolístas de la Segunda División cobran 23 mil pesos en la mano y la Mutual hace dos años que lucha y negocia para lograr un aumento, luego de muchas reuniones y de tratar de evitar llegar a la medida mas extrema que es la de un paro no se llegó a un acuerdo. La medida es inminente y el punto límite llegó, los clubes ahora están obligados a aceptar la exigencia o el fútbol se para.
Lo mas hipócrita de la situación es que los votos que deciden si aceptan o no el reclamo salarial no se deciden pensando en la necesidad de ese futbolísta de tener un salario digno, a nadie le importa darle la solución, se utiliza la circunstancia para poner sobre la mesa otros puntos que se discuten como la creación de una Liga, los derechos de televisión y los problemas que dividen al fútbol uruguayo.
En una demostración de manipulación política se desvia el foco de discusión que es el miserable salario del futbolista de la B hacia la triste grieta que divide a todos los actores del fútbol.
A nadie le importa lo que gana un jugador de B, les importa sacar rédito político de una necesidad, los que quieren derribar al ejecutivo y los que lo defienden se debaten hipócritamente en un foco que no es la cuestión , los jugadores de fútbol son la escencia de este deporte y la plata se reparte por y para los que no lo juegan.
Hoy lo que se debe dcidir es darle al futbolísta un salario digno y no las otras cuestiones que se deben discutir en otro foro, lamentablemente el fútbol que tenemos es el que nos merecemos.