Hasta siempre Jorge

Se nos fué el gran Jorge Savia. Estas modestas líneas debieron ver la luz hace una semana pero un quebranto de salud, con internación incluida, postergó esta despedida al amigo, al mentor, a uno de los mejores periodistas escritos del Uruguay y de Sud América.

Nos conocimos en mayo de 1991, tras mi primera incursión en la Redacción de El País, aunque para entonces hacía mucho que yo era incondicional lector y admirador de sus crónicas y sobre todo de sus reportajes inigualables, descarnados y siempre por fuera del cassete.

Aunque llevaba -y aún llevo- el periodismo en el alma, en aquel momento yo era “el nuevo” y junto a la adrenalina los nervios también jugaban su parte y carcomían….hasta que Jorge aparecía de la nada, me palmeaba con un “flaco, dale tranquilo que vos podés, si yo te mando a las notas es porque estoy convencido que lo vas a hacer bien”. Las enseñanzas llovieron a cántaros y así la amistad se fue fortaleciendo con el tiempo y con las madrugadas de cierre de edición.

Ya en mi autoexilio, era cita obligada la cena con nuestra común amiga Silvia Pérez en cualquier restorán de Montevideo, cada vez que, cada 3 años, yo llegaba de vacaciones al país. Ellos se empapaban de lo que yo humildemente podía aportarles de mis vivencias en estas Islas, mientras que yo me ponía al día de las novedades surgidas en la profesión que tanto amamos.

Casi sin querer queriendo terminamos siendo compañeros en la web de La Oral Deportiva, él con sus notas fuera de serie, extraídas sin grabador de por medio, como a él le gustaba, con sólo un par de cafés para periodista y entrevistado, y yo, humildemente, con mi Ojo de Londres.

Se nos fue Jorge Savia. Para el periodismo la pérdida es enorme, para quienes fuimos sus alumnos y amigos, es inconmensurable y es por eso que mis líneas son absolutamente incapaces de expresar tanto dolor.

El abrazo apretado va para su esposa Perla y para su hijo Alexis.

Hasta la vista Jorge, nunca te olvidaremos.