• Thursday, May 2, 2024

¿Cómo convencer al hincha de Peñarol que puede ser campeón uruguayo?

No hay argumentos para afirmar que el aurinegro le pueda ganar dos partidos a Liverpool en la definición que se avecina

El peso histórico de la camiseta: ese es el único argumento que puede manejar hoy Peñarol como para aspirar a ser campeón uruguayo en este 2023. Futbolísticamente no tiene ninguno, porque una vez falló estrepitosamente al empatar 0-0 con Wanderers y no solo por el resultado, sino también por el rendimiento. Hay algunos atenuantes, pero nada cambia la realidad.

Es tanto lo negativo que se puede decir del aurinegro que empecemos por algo positivo, quizás lo único: Abel Hernández entró, le cambió la cara a la ofensiva y más allá de la falta de ritmo y de fútbol por el prolongado periodo que estuvo alejado de las canchas a causa de reiteradas lesiones, demostró que es titular hasta con gripe. Estuvo a punto de anotar y además se asoció muy bien con el Cepillo González, el más claro; el más dispuesto a jugar y a empujar por lograr una victoria que en definitiva no hubiera significado nada en la tabla, pero sí mucho en la confianza del equipo de cara a una final que tiene cuesta arriba, porque no hay razón alguna para decir que Peñarol puede ganarle el sábado a partir de las 19.30 la semifinal a Liverpool y mucho menos que puede ganarle dos partidos en una prolongación de la definición.

Vayamos ahora a lo que no es lindo leer para el parcial carbonero: lo negativo. Bueno, en realidad algunas cosas, porque si no esta crónica sería muuuy larga. Peñarol no juega a nada y eso resumen bastante la cosa. Es un equipo sin identidad y es lógico, porque empezó con Alfredo Arias como técnico, luego pasó Darío Rodríguez y ahora está Diego Aguirre. Imagínense el alboroto de conceptos que tienen los integrantes del plantel en sus cabezas y todavía arriba con la presión que significa el mal momento del equipo. Sí, porque es un mal momento y si no hay que mirar la historia reciente: de los últimos 8 partidos solo ganó 1. En el cierre del año, el momento más importante de la temporada (hay un dicho en el deporte mundial y es que no importa cómo empieces sino cómo termines), el conjunto aurinegro obtuvo 8 puntos de los 24 que disputó.

Esas 14 unidades que dejó escapar le costaron la Anual, la cual entró al Clausura liderando con comodidad dado que entre Apertura e Intermedio había sumado 44 unidades, 4 más que Nacional y 5 más que Liverpool y Defensor Sporting. Y para darle el cierre acorde a lo que ha sido el segundo semestre del año empató sin goles contra Wanderers, antepenúltimo en el torneo corto y que incluso puede quedar último si Fénix y Cerro suman este jueves a la tarde.

Pero lo que más molesta al hincha de Peñarol es la falta de actitud. Eso con la camiseta aurinegra sobre el pecho es innegociable. Es cierto que en este partido entre los atenuantes deben considerarse las ausencias de Matías Arezo y de Lucas Hernández por quinta amarilla y que además Aguirre puso a varios habituales suplentes cuidando energías para el sábado, pero es insoslayable afirmar que con ellos y otros ausentes como Leo Coelho, Sebastián Rodríguez y Damían García por nombrar solo a algunos Peñarol fue una lágrima en la mayoría de las 7 presentaciones anteriores, en las cuales ganó solo 1.

Al contrario, los que ingresaron debieron haber mostrado esa garra típica del futbolista que quiere quedarse con el puesto, pero no pasó. El Cepillo González fue el único motor anímico y futbolístico del equipo. Entonces, ¿puede ser campeón uruguayo Peñarol en este 2023? Poder puede, pero la verdad es que no tiene con qué o, si lo tiene, hasta ahora lo ha ocultado muy bien.

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