• Tuesday, May 7, 2024

Final del Uruguayo: Entre la humildad de Aguirre y la obligación de Bava

Peñarol ganó porque su técnico bajó un escalón desde su pedestal y el técnico de Liverpool debe encontrar fórmulas para que su equipo fluya

Liverpool dejó pasar la mejor oportunidad que tenía para ser campeón uruguayo. La derrota 1-0 ante Peñarol le impidió la coronación por primera vez en su historia, la que además hubiera sido por demás justa por haber sido el mejor equipo a lo largo de toda la temporada. Así como se afirmó que el negriazul era el favorito para quedarse con la copa el sábado, ahora el viento cambió y si bien por funcionamiento sigue siendo el principal candidato, pasarán a pesar otros factores que ya no lo ponen como tan candidato.

Lo primero que se debe reafirmar es que Peñarol, sin ser superior, justificó su imposición en base a la victoria táctica de Diego Aguirre sobre Jorge Bava. Fue clave que el técnico aurinegro basara el esquema a utilizar en la humildad. Lo lógico hubiera sido que por aquello de ser el grande y tener que ser protagonista Peñarol saliera a comerse a Liverpool, pero el entrenador se dio cuenta que jugarle de igual a igual a su adversario era casi que suicida, entonces tuvo la humildad de reconocerse en desventaja y plantar un esquema no tan ofensivo, pero sí adecuado a lo que necesitaba el momento. Fue así que puso un 3-4-1-2 que le dio buenos resultados, pues limitó al rival.

Liverpool, en tanto, no tuvo poder de reacción. Bava cambió pieza por pieza a la hora de refrescar el equipo pero se mantuvo en un 4-3-3 inoperante, que igualmente le permitió tener un par de llegadas peligrosas. Cuando tácticamente los equipos se anulan la diferencia la hace la calidad de los futbolistas y desde ese punto de vista Peñarol saca ventaja.

A partir del miércoles Liverpool y Peñarol comienzan una serie nueva para definir el Uruguayo, ya sin ventaja deportiva alguna para el negriazul por haber ganado la Tabla Anual. Ese hándicap se evaporó con el gol de Abel Hernández en el minuto 119, así que ahora es mano a mano y por la ficha.

Que Liverpool ya no sea tan favorito como antes no quiere decir que no pueda ganar el título. Sí dejó pasar la mejor oportunidad de hacerlo porque era un solo partido y ahora deberá jugar dos, es decir que tendrá que transitar el camino más largo. La cuestión es que cambia el contexto, porque Peñarol está crecido al demostrarse que puede ganar y por otro lado tendrá la ventaja de que definirá la serie en el Campeón del Siglo, con todo lo que ello conlleva. No es cuestión de que en su estadio el mirasol sea invulnerable (de hecho no ganó ninguno de sus últimos 4 partidos en casa), sino de la presión que ejercerá su hinchada.

Entonces, es vital que Liverpool se haga respetar este miércoles en el partido de ida a disputarse en Belvedere, que sí es una fortaleza porque allí perdió solo uno de los últimos 17 encuentros, de los cuales además ganó 13, incluidos dos triunfos sobre los grandes: 1-0 a Peñarol y 3-0 a Nacional. La cuestión a tener en cuenta debe ser la contundencia.

La serie final se define por puntos como primer criterio, es decir que quien gane los dos choques o uno y empate el otro será el campeón. El segundo ítem es la diferencia de goles y es acá donde para Liverpool es clave la localía en el juego de ida. Para ello, no obstante, deberá buscar Bava alternativas para darle al equipo un rendimiento más fluido en ataque.

Peñarol ya encontró la fórmula para controlar al negriazul y bien puede repetirla, aunque no necesariamente debe hacerlo. Es aquí quizás donde pueda pesar la diferencia de experiencia entre los técnicos. Este miércoles comienza una serie nueva y con final incierto.

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