Si Argentina es el vigente campeón del mundo, tras la victoria en noviembre en La Bombonera a la selección de Scaloni, Uruguay podría autoproclamarse el campeón moral. Este no es un invento nuestro, es un título que fue creado y obtenido por primera vez en la historia por los albicelestes en 1924 en un partido absolutamente trascendente para el futuro del deporte más popular de todos por lo que te contaremos a continuación.
Hace exactamente noventa y nueve años, recién arribada de Europa la selección uruguaya flamante campeona olímpica en Colombes aceptó el desafío de los vecinos rioplatenses de poner en juego su prestigio de mejor del mundo. Se acordó jugar un primer partido en Montevideo que terminó empatado a uno y que significó que el desempate fuera en Buenos Aires.
Ese segundo partido en la vecina orilla generó una efervescencia y un revuelo asombroso prueba irrefutable de que la pasión por el deporte inglés ya hacía rato tenía nombre propio en ambas orillas del río con nombre de metal.
El partido fue planificado al sur de Buenos Aires, en el antiguo estadio de Sportivo Barracas (hoy desaparecido) con capacidad máxima para cuarenta mil personas. Falla de la organización o no, aquella tarde se hicieron presentes cincuenta mil almas para estar más apretados que sardina en lata. Si alguna vez trataste de meter una persona más en un auto donde caben cuatro justos, te podrás hacer una idea de lo que debió ser aquello ocurrido a finales de setiembre de 1924.
La excitación por el prestigioso partido en colaboración con el excesivo amontonamiento de gente, derivaron en la invasión del público al campo de juego y en el intercambio de puños y agresiones de todo tipo entre hinchas locales y jugadores uruguayos. El juego sería suspendido a los cinco minutos de empezado.
Tras correspondientes acciones diplomáticas, el partido se reanudaría tres días después cumpliéndose con un requisito sine qua non solicitado por los campeones uruguayos en Francia: un alambrado perimetral en pos de la seguridad de los futbolistas celestes. El alambrado para cuidar a los campeones olímpicos sería una medida de prevención que luego se difundiría por el resto del globo terráqueo.
La medida de seguridad resultaría eficaz y aquel segundo partido de desempate en Buenos Aires entre argentinos y uruguayos a los quince minutos de juego transcurría con la poca tranquilidad que acostumbra pero sin invasión de público. Empatados a cero tanto por bando en el primer cuarto de hora a los albicelestes les correspondió ejecutar un tiro de esquina. El jugador de Huracán llamado Cesáreo Onzari sería el ejecutante. Aprovechando un reciente cambio de reglamentación que permitía lo que hasta hacía poco era impedido por FIFA, el wing izquierdo del equipo del Globo resolvió ejecutar el corner de forma poco ortodoxa pateando al arco con éxito. Un gol de corner nunca antes visto.
Gracias a ese legendario gol, Argentina ganaría el desafío por dos a uno y la prensa local se haría eco de ser los campeones morales y los mejores del mundo por haberle ganado a los olímpicos. Pero aquel 2 de octubre de 1924 no solo fue el día en que nació el torneo mundial de la moralidad, la ingeniosa e irónica prensa argentina se encargó también de crear el Alambrado Olímpico y el Gol Olímpico que al día de hoy se conocen en el mundo entero.
El Gol Olímpico sería muy reclamado por los visitantes advirtiendo de una acción antirreglamentaria del delantero de Independiente la Chancha Seoane, quien en dicha jugada habría empujado al arquero uruguayo, Andrés Mazali.
El partido de amistoso no tuvo nada. Se jugó a pierna fuerte, al punto tal que Cea, el delantero uruguayo de Nacional le provocó al santafecino Adolfo Celli una fractura de tibia y peroné.
Según las crónicas, luego que el Negro Andrade le pegara con saña a Onzari, el gran protagonista de la tarde, el público reaccionó arrojando botellas y piedras al campo para reprobar el juego brusco de los visitantes que se retiraron a los vestuarios faltando cuatro minutos para el final. Fue 2-1 a favor de Argentina. El ambiente estaba tan caldeado que el Mago Scarone, atacante de la Celeste, le pegó una patada a un policía y terminó en la comisaría.
Esta historia forma parte del proyecto Río de la Pelota. Podrás encontrar más material en el canal de youtube: https://www.youtube.com/@riodelapelota1511