• Friday, March 29, 2024

El viaje en ómnibus que convenció a Bielsa de ser el técnico de Uruguay

La calidad de los futbolistas uruguayos a los que dirigirá y el civismo del pueblo oriental fueron los motivos que llevaron a Marcelo Bielsa a aceptar ser el técnico de la Selección de Uruguay, según reveló el entrenador durante la conferencia de prensa desarrollada en el Estadio Centenario que sirvió como escenario para su presentación formal como nuevo seleccionador de la Celeste.

  • No tuvieron que convencerme, casi diría que todo lo contrario. Mi deseo de pertenecer a este proyecto tiene dos extremos muy convincentes para mí: uno es los jugadores que posee Uruguay. Me gusta el grupo de futbolistas que han representado a la selección en los últimos años; y el otro es el destinatario del trabajo de una selección, que es el ciudadano de a pie del país. En ese sentido me tocó vivir una experiencia casual, que tuvo un peso posteriormente decisivo. A los futbolistas a mí no me resulta muy difícil calificarlos porque es mi oficio de hace 40 años y tenía la certeza de que mi predilección era justificada. En cuanto a la gente, un día vine a pasar un fin de semana a Montevideo con mi esposa y nos quedamos dos meses. Un día le dije a ella que íbamos a Carrasco y a la vuelta la íbamos a hacer en transporte público. Lo hicimos, estaba repleto, el viaje duró 45 minutos y se produjeron un montón de episodios que pusieron a prueba la civilidad de los que iban arriba del micro. Nuestras conclusiones fueron de admiración por la generosidad con que la gente interactuó en ese viaje incómodo. Me refiero al respeto con los niños, con los mayores, con las mujeres, etc. Esos dos extremos: el jugador y la estatura del ciudadano fueron dos elementos de mucho peso.
  • Si a cualquier ser humano le propone que pierda y construya sobre el error o que gane y evite la vanidad del éxito, todos vamos a elegir ganar. Y si nos toca perder revisaremos lo hecho. Todos pasamos por ese proceso. Algunos desarrollamos tareas más públicas y por ser tales se toman equivocadamente como referenciales, pero a cualquier anónimo que le haga la pregunta le va a decir lo mismo que yo. Cuando las cosas van mal sale el que no se resigna, batalla; y cuando las cosas van bien el que es consciente evita el ego porque sabe que prologa en el éxito un próximo fracaso.
  • Una cosa es la ilusión y otra la toma de conciencia. Hay países que si toman conciencia de su poderío y su potencial tienen menos posibilidades de construir a través de la ilusión. Hay otros que la toma de conciencia los autoriza a pensar en lo máximo y no es una ilusión sino una realidad. Y hay países que combinan las dos cosas, porque tienen recursos y antecedentes que los potencia la ilusión. Creo que Uruguay puede fantasear y tiene con qué alimentar esa fantasía. (Sobre la posibilidad de ganar un Mundial)
  • Imponer un estilo o una forma de jugar es la combinación de las intenciones del entrenador, las posibilidades de los jugadores de concretar la propuesta que el entrenador transmite y un tiempo necesario de desarrollo para que la conjugación de esos elementos cristalicen. Eso es muy difícil de medirlo, por lo cual los entrenadores si hay algo que no pueden hacer es actuar diferenciándose de lo que piensan y sienten porque tienen la necesidad de convencer a otros. Ser sincero es inherente. Yo voy a actuar de acuerdo a lo que pienso y siento. El día que Uruguay juegue con Chile el equipo se va a reunir el martes y va a jugar el jueves. Entonces, si le dijera que la obtención del estilo se consigue en dos días en los que no se puede consumir energía en la preparación porque hay que cuidarla para la competencia, usted estaría en condiciones de descubrir que lo estoy engañando. El cargo no autoriza a la excusa sino a la búsqueda de los objetivos. Si yo le digo que voy a traicionar mi forma de pensar le miento, pero si le digo que la voy a imponer inmediatamente, también”.
  • “Los grandes jugadores no necesitan de demasiado tiempo para asimilar un estilo determinado y los grandes de verdad lo consiguen casi instantáneamente, siempre que el estilo los represente. Como la forma en que yo concibo el fútbol la encuentro asimilable por los jugadores a los que voy a dirigir, me permito creer que no será una tarea tan dificultosa”.
  • Iguales pero distintos, leí una vez sobre uruguayos y argentinos. En fútbol y siendo extranjero o connacional la aceptación tiene un solo nombre: Victoria. Después habrá más o menos paciencia, según el sentir popular. Por supuesto que el rechazo a lo extranjero es legítimo, un sentimiento que consolida la identificación de lo propio, sobre todo en un país que está futbolizado y que tiene jugadores y entrenadores prestigiosos en todo sentido. La interacción de las personas está vinculada a reconocer en hacer lo que está bien y reconocer lo que no hay que hacer porque está mal.
  • Hace muchos años que no dirijo selecciones, pero el fútbol ha cambiado, los jugadores también, así como los recursos para entrenar. Dentro de mis limitaciones siempre intento incorporar lo nuevo pero para eso debo convencerme que lo nuevo sustituye a algo anterior con una mejor versión. Para eso hay que dominar lo nuevo y el paso del tiempo hace que la edad no ayude a la flexibilidad necesaria para incorporar métodos, ideas y recursos nuevos. Estuve más de un año sin trabajar y mucho de ese tiempo lo utilicé para entender mejor algunos recursos, algunas novedades que el fútbol ofrece y siempre trabajo con gente que tiene 20 o 30 años menos que yo que evita que uno imponga ideas antiguas y asome a ideas nuevas. Si hay algo de lo actual que rechazo porque no conozco o conozco y no domino, diría que no. Algunas cosas las rechazo porque las considero no superadoras. Como soy polemista y me gusta perder las polémicas más que ganarlas, cuando hay algo novedoso que rechazo me someto a la discusión.
  • El fútbol es la gente y los jugadores. Después están los que mediamos entre ellos: entrenadores, periodistas y dirigentes. Somos lo peor del fútbol, claramente, y eso es verificable, porque el fútbol cada vez tiene más adeptos y se parece menos a lo que permite que un hincha se enamore del juego, porque los resúmenes de 3 minutos no son el fútbol ni muchísimo menos. Es como si uno viviera con la esposa solo los sábados a la noche. Ahí no habría matrimonio que fracase.
  • Hay dos formas de definir al fútbol uruguayo: por los que futbolistas que juegan en el exterior y por los que juegan en su liga. Si los mejores se van Europa, los del medio van a Centroamérica y los más o menos buenos van a otros países de Sudamérica, no se puede hacer mucho. Hay que enfocar la mirada ahí.
  • Nadie es capaz de hacer mejor a un jugador que no esté en condiciones de serlo. La primera conclusión es que es mucho más importante la materia prima que constituye un jugador de elite que el entrenador que ayude a potenciarla. El entrenamiento es el recurso más efectivo, pero no el único. Después está poder incidir sobre lo que el jugador piensa y la imagen, donde el error, el acierto y la copia son muy importantes. Yo diría que copiar en el fútbol indispensable, porque el joven en formación ama al fútbol e idolatra al jugador que imagina ser. Entonces lo copia. Si no hay referencia a quién copiar es difícil, pero la copia necesita la idolatría.
  • Dirigir a un club es un trabajo de intervención constante y a una selección es un trabajo de reunir rápidamente individualidades de gran nivel. Una de las cosas que consideré mucho es que no iba a tener en ningún otro club un grupo de jugadores como los que Uruguay tiene en este momento.
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